EFE
La sanguinaria dictadura boliviana pretende impedir la participación del ex presidente Evo Morales, en momentos en los que además pone todo tipo de obstáculos de cara a los comicios presidenciales luego del golpe de estado ejecutado con apoyo de EEUU en noviembre de 2019.
Desde Buenos Aires, el expresidente Evo Morales denunció que la sanguinaria dictadura de Jeanine Añez urde una maniobra para impedir su candidatura y ha pedido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que interceda a su favor.
Morales busca ser elegido y presidir el Senado para colocarse en la línea de sucesión presidencial si su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), gana los comicios, según analistas cercanos al régimen.
Tras su renuncia el 10 de noviembre, después de casi 14 años en el poder, Morales no ocultó su intención de volver al país. Su partido lo nombró jefe de campaña, pero la dictadura le abrió un proceso por sedición y terrorismo y puede ser detenido si regresa.
Una primera encuesta conocida la semana pasada y diversos analistas advierten una dispersión del voto que favorecería al MAS. Esa fuerza obtendría el primer lugar sin una mayoría para ganar en primera vuelta y sería preciso un ballotage el 14 de junio.
Tres rivales compiten con el MAS: la dictadora Jeanine Áñez, de la alianza de centro derecha Juntos, el expresidente Carlos Mesa de la centrista Comunidad Ciudadana (CC) quien obtuvo el segundo lugar en los anulados comicios del 20 de octubre y que ahora se presenta mermado tras perder aliados que se han sumado a Añez y a Luis Fernando Camacho, líder de las protestas contra Morales y quien encabeza la alianza derecha Creemos.