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Bolsonaro

EFE
La apertura de una investigación autorizada por el Tribunal Supremo busca esclarecer si Bolsonaro cometió un delito de falsedad ideológica, coacción, prevaricación u obstrucción de la justicia. Además, el expresidente de Brasil Fernando Cardoso y otras personalidades de cariocas han  solicitado a Bolsonaro se aparte de la presidencia. Psicólogos dudan que el neonazi esté en sus cabales y creen que podría llevar a Brasil a su hundimiento.

El fiscal general de Brasil, Augusto Aras, solicitó este viernes -24 de abril- a la Corte Suprema la apertura de una investigación contra el presidente, Jair Bolsonaro, a quien el ahora exministro de Justicia, Sergio Moro, acusó de haber interferido políticamente en el Poder Judicial. Moro fue el artífice de la victoria de Bolsonaro, dado que como encargado de la Operación Lava Jato, se encargó de inventar cargos contra Lula Da Silva, favorito por amplio margen para la elección, a quien encarceló. Pruebas aparecidas recientemente indican que se trató de una operación orquestada por EEUU donde Moro tendría el papel estelar. A pesar de las acusaciones Moro tiene más popularidad que el alicaído Bolsonaro y se estima que haya renunciado para optar en futuras elecciones a la presidencia de ese país.

Moro anunció este viernes su renuncia después de que Bolsonaro destituyera al director general de la Policía Federal, Mauricio Valeixo.



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En el discurso en el que anunció su dimisión, el antiguo magistrado insinuó la “interferencia política” del mandatario en el nombramiento de cargos técnicos en los órganos encargados de investigar la corrupción y el crimen organizado.

Aclaró también que el decreto mediante el cual fue destituido oficialmente el director de la Policía Federal, publicado con su rúbrica, no fue en realidad firmado por él, lo que según especialistas en derecho pudiera constituir un grave delito por parte del Gobierno.

La posible apertura de una investigación autorizada por el Tribunal Supremo tiene como objetivo esclarecer si Bolsonaro cometió un eventual delito de falsedad ideológica, coacción, prevaricación u obstrucción a la Justicia, entre otros, según un comunicado de la Fiscalía.
“La dimensión de los episodios narrados revela la declaración del ministro de Estado de actos que revelarían la práctica de (actos) ilícitos, imputando su práctica al presidente de la República”, explicó Aras.

El fiscal general, no obstante, precisó que, en caso de que las acusaciones de Moro no se comprueben, la declaración del exministro podría constituir un delito de “denuncia calumniosa”.

En su solicitud, el fiscal sugiere al Tribunal Supremo de Brasil que tome declaración a Moro para que pueda esclarecer formalmente las acusaciones realizadas este viernes durante una rueda de prensa.

Tras la dura declaración de Moro, Bolsonaro realizó hoy un pronunciamiento en el que descalificó a su ahora exministro y negó haber intentado interferir en la actuación de la Policía Federal, como argumenta el exmagistrado.

“Se habla de una interferencia mía en la Policía Federal, pero si puedo cambiar un ministro, por qué no puedo cambiar al director de la Policía Federal sin pedirle autorización a nadie”, planteó el mandatario, quien acompañado por muchos de sus ministros afirmó que Moro probó que “tenía un compromiso con él mismo y no con Brasil”.

La renuncia del cuestionado ex juez ocurre en momentos en que la pandemia del coronavirus muda su epicentro a Brasil, donde más de mil personas han perdido la vida en los últimos días y se multiplican los contagios debido a la creencia de Bolsonaro y sus seguidores en que el virus se trata de un mito, de algo que debe pasar y punto. También ayer, el expresidente Fernando Cardoso solicitó a Bolsonaro dejar la presidencia dada su incompetencia para lidiar con la crisis de la pandemia. 

Psicólogos consideran que Bolsonaro padece algún tipo de enfermedad mental que lo incapacita para seguir detentando la presidencia. Bolsonaro incluso ha llamado al golpe militar para cerrar el congreso y a violentar la cuarentena.

Los últimos días de Bolsonaro: Justicia abre causa, exigen su renuncia y pandemia avanza (+Demencia avanzada)

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La apertura de una investigación autorizada por el Tribunal Supremo busca esclarecer si Bolsonaro cometió un delito de falsedad ideológica, coacción, prevaricación u obstrucción de la justicia. Además, el expresidente de Brasil Fernando Cardoso y otras personalidades de cariocas han  solicitado a Bolsonaro se aparte de la presidencia. Psicólogos dudan que el neonazi esté en sus cabales y creen que podría llevar a Brasil a su hundimiento.

El fiscal general de Brasil, Augusto Aras, solicitó este viernes -24 de abril- a la Corte Suprema la apertura de una investigación contra el presidente, Jair Bolsonaro, a quien el ahora exministro de Justicia, Sergio Moro, acusó de haber interferido políticamente en el Poder Judicial. Moro fue el artífice de la victoria de Bolsonaro, dado que como encargado de la Operación Lava Jato, se encargó de inventar cargos contra Lula Da Silva, favorito por amplio margen para la elección, a quien encarceló. Pruebas aparecidas recientemente indican que se trató de una operación orquestada por EEUU donde Moro tendría el papel estelar. A pesar de las acusaciones Moro tiene más popularidad que el alicaído Bolsonaro y se estima que haya renunciado para optar en futuras elecciones a la presidencia de ese país.

Moro anunció este viernes su renuncia después de que Bolsonaro destituyera al director general de la Policía Federal, Mauricio Valeixo.



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En el discurso en el que anunció su dimisión, el antiguo magistrado insinuó la “interferencia política” del mandatario en el nombramiento de cargos técnicos en los órganos encargados de investigar la corrupción y el crimen organizado.

Aclaró también que el decreto mediante el cual fue destituido oficialmente el director de la Policía Federal, publicado con su rúbrica, no fue en realidad firmado por él, lo que según especialistas en derecho pudiera constituir un grave delito por parte del Gobierno.

La posible apertura de una investigación autorizada por el Tribunal Supremo tiene como objetivo esclarecer si Bolsonaro cometió un eventual delito de falsedad ideológica, coacción, prevaricación u obstrucción a la Justicia, entre otros, según un comunicado de la Fiscalía.
“La dimensión de los episodios narrados revela la declaración del ministro de Estado de actos que revelarían la práctica de (actos) ilícitos, imputando su práctica al presidente de la República”, explicó Aras.

El fiscal general, no obstante, precisó que, en caso de que las acusaciones de Moro no se comprueben, la declaración del exministro podría constituir un delito de “denuncia calumniosa”.

En su solicitud, el fiscal sugiere al Tribunal Supremo de Brasil que tome declaración a Moro para que pueda esclarecer formalmente las acusaciones realizadas este viernes durante una rueda de prensa.

Tras la dura declaración de Moro, Bolsonaro realizó hoy un pronunciamiento en el que descalificó a su ahora exministro y negó haber intentado interferir en la actuación de la Policía Federal, como argumenta el exmagistrado.

“Se habla de una interferencia mía en la Policía Federal, pero si puedo cambiar un ministro, por qué no puedo cambiar al director de la Policía Federal sin pedirle autorización a nadie”, planteó el mandatario, quien acompañado por muchos de sus ministros afirmó que Moro probó que “tenía un compromiso con él mismo y no con Brasil”.

La renuncia del cuestionado ex juez ocurre en momentos en que la pandemia del coronavirus muda su epicentro a Brasil, donde más de mil personas han perdido la vida en los últimos días y se multiplican los contagios debido a la creencia de Bolsonaro y sus seguidores en que el virus se trata de un mito, de algo que debe pasar y punto. También ayer, el expresidente Fernando Cardoso solicitó a Bolsonaro dejar la presidencia dada su incompetencia para lidiar con la crisis de la pandemia. 

Psicólogos consideran que Bolsonaro padece algún tipo de enfermedad mental que lo incapacita para seguir detentando la presidencia. Bolsonaro incluso ha llamado al golpe militar para cerrar el congreso y a violentar la cuarentena.