Agencias
Total silencio de la OEA, EEUU y el Grupo de Lima ante el intento de golpe de estado por parte del presidente salvadoreño. El director del Observatorio de Derechos Humanos (Human Right Watch), José Miguel Vivanco exigió a la OEA un pronunciamiento ante la "exhibición de fuerza bruta". A pesar de la amenaza solo 20 diputados estuvieron presentes en el bochornoso acto de barbarie.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, instaló este domingo una "sesión extraordinaria" en el Parlamento después de que los legisladores se negaran a reunirse para votar sobre la concesión de un polémico préstamo.
Los opositores del Gobierno afirman que el mandatario está menospreciando la separación de poderes. Bukele solicitó el apoyo de policías y militares para tomar el lugar con el fin de aprobar por la fuerza la asignación de 109 millones de dólares para financiar un supuesto plan de seguridad, aunque se presume que sea para pagar a su creciente camarilla.
Los opositores del Gobierno afirman que el mandatario está menospreciando la separación de poderes. Bukele solicitó el apoyo de policías y militares para tomar el lugar con el fin de aprobar por la fuerza la asignación de 109 millones de dólares para financiar un supuesto plan de seguridad, aunque se presume que sea para pagar a su creciente camarilla.
Por falta de cuórum la sesión tuvo que suspenderse, pues solo asistieron 20 de los 84 legisladores. El presidente acusó a los diputados que no acudieron a la convocatoria de romper el "control constitucional" e instó a votar sobre el préstamo, informa EFE.
Tras esta jornada, Bukele advirtió que volverá a convocar a sus simpatizantes para protestar frente a la sede legislativa si los diputados no autorizaban esta semana la negociación del préstamo.
El ingreso de los militares fue criticado por el director del Observatorio de Derechos Humanos (Human Right Watch), José Miguel Vivanco, quien se pronunció en su cuenta de Twitter para pedir al secretario general de la OEA, Luis Almagro, convocar una reunión urgente frente a un acto que calificó de "exhibición de fuerza bruta"